miércoles, 27 de agosto de 2014

Solo

La pelicula reune todos los elementos que gustan al público homosexual, desde el romance, los besos y las caricias, hasta las zonas de drama e intensidad.

El film nos cuenta cómo dos hombres se reúnen en una sala de chat para conocerse. Un día, decidirán verse en persona y saltarán chispas entre ambos, pero uno de ellos resulta ser una persona violenta.

La historia mezcla elementos románticos y de intriga. Los dos personajes homosexulaes parecen no querer comprometerse plenamente el uno con el otro, lo que lleva  a que su relación esté pendiente de los secretos y ocultaciones de ambos, derivando en una situación de confusión entre la realidad y la imaginación.

Manuel y Julio decidirán conocerse en la casa del primero. Y tras la pasión y el deseo entre los dos protagonistas gays, llegará la tensión entre ambos. Y es que Julio, el invitado, se vuelve violento.



Entrás al chat o abrís en tu celular alguna de las aplicaciones destinadas al levante virtual y el sexo express. El diálogo suele ser rápido, mucho más rápido de lo que sería -en general- en una situación de levante cara a cara en un boliche, y mucho más rápido de lo que sería en otro tipo de lugares, como el barrio, el grupo de amigos, el laburo, la escuela o la facultad. Más rápido pero más fácil, más directo, con menos obstáculos del entorno. rápido e insustancial, sin que se diga mucho más que lo que suele decirse en estos casos.

Todo comienza siempre mas o menos con las mismas preguntas, repetidas de modo tan mecánico que ya parecen un trámite, un protocolo obligatorio para llegar a donde todos quieren llegar. Una vez intercambiadas algunas fotos y respondidas las cuestiones básicas (edad, peso, altura, a veces otras medidas, dónde está cada uno, qué le gusta hacer en la cama, si tiene un lugar donde concretar el encuentro y, quizás, algo más sobre la vida), el paso siguiente, si todo sale bien, es combinar hora y lugar. Los más precavidos se citan en alguna esquina, alguna plaza, sin dar aún la dirección de donde viven, y de ahí, si todo sigue saliendo bien, si el encuentro cara a cara no decepciona en los breves instantes que suele haber para evaluarlo, van a la casa de uno de los dos. Nadie más sabe del encuentro y el otro es una absoluto desconocido al que ni siquiera un beso, una charla espontánea, una mirada prolongada o una cerveza compartida permitió empezar a aproximar. La duda, inevitable, aparece, pero el deseo la hace a un lado; ¿sabés a quién estás metiendo en tu casa?

A partir de esa simple pregunta se construye la compleja trama de Solo, película de Marcelo Briem Stamm.

Sólo es un thriller sicológico con apenas cinco protagonistas y la mayor parte de la cción transcurre en un mismo ambiente y con apenas dos de ellos. Es un género difícil y la historia es original y osada. En una noche de invierno, Manuel conoce a Julio por chat, se encuentran en la calle, intercambian unas palabras y Manuel lo invita a su casa. Todo muy lindo, muy romántico. muy caliente, pero de repente el invitado se pone violento, dice cosas que dan miedo.  Comienza una negociación en la que la calentura y el miedo compiten por imponerse y van ganando sucesivas batallas. El clima de tensión se sostiene en todo momento por el sólido guión de Briemm Stamm, el manejo de cámaras y las destacables actuaciones de Patricio Ramos (Manuel) y Mario Verón (Julio). Hasta acá, parece simple, pero no lo es. Todo lo que damos por sentado puede caerse, y luego dar un giro insesperado, y otro más. Por eso, vale dar un aviso para ansiosos; hasta el final, todo puede ser. Como en esas películas de suspenso de David Fincher, hay que esperar hasta el último minuto para sorprenderse por última vez.


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